En los últimos años, ha crecido significativamente el número de personas que han marchado en busca de un empleo fuera de nuestras fronteras. La marcha de los llamados “expatriados” ha provocado el auge de los servicios de psicología a distancia gracias a la «cercanía» que brinda internet, ciertamente la llegada de consultas de residentes en el extranjero no deja de crecer, motivada sobre todo por la necesidad de una comunicación sobre un tema complejo, en castellano.

Las dificultades psicológicas de las personas que emigran
Tras la toma de decisión de iniciar una nueva etapa de la vida en un país del extranjero, surgen nuevas inquietudes y no fáciles de digerir. Empezar de cero puede resultar un reto fascinante lleno de oportunidades, pero también se abre un camino donde la inseguridad y la incertidumbre es protagonista.

La primera barrera que se encuentra es el idioma que se habla en el país de destino, seguida de una cultura y costumbres muy distintas a las que es necesario adaptarse.

Por otra parte, la nostalgia, la falta de apoyos cercanos y la ausencia de una rutina diaria hacen mella, sobre todo en los primeros meses.

En este contexto, el apoyo psicológico en tu mismo idioma y desde tu misma cultura puede ser un auténtico salvavidas que te ayude a superar sin problemas las dificultades iniciales.

Consultas más frecuentes:

  • Ansiedad: problemas de adaptación, dificultades comunes del día a día, miedo de comunicarlo a los seres más queridos, pareja, familia, por temor al qué dirán, asumir un fracaso o presunción de que puede ocurrir y es difícil de asumir.
  • Proyección de futuro: abandono de proyectos profesionales, plan de carrera, motivaciones de crecimiento personal.
  • Ruptura con la pareja o miedo a perderla: agravamiento de la relación, dificultades en las formas de comunicación, punto de inflexión en el futuro de la pareja, celos, soledad, distanciamiento, sentimiento de culpabilidad por la decisión de salir fuera.
  • Duelo migratorio: tristeza ante el abandono de las raíces, la zona de confort, la lejanía con los seres queridos.
  • Sensación de inferioridad: con respecto a otros colectivos a la hora de desenvolverte con el idioma y defender tus derechos en la vida cotidiana (vecinos, compañeros de trabajo, trámites burocráticos, etc.). Muchos han abandonado un desarrollo profesional ambicioso y tienen que asumir puestos de trabajo de categorías inferiores que no se ajustan a sus expectativas de vida.
  • Miedo a defraudar.

Actualmente atendemos a mujeres en:

EEUU, Costa Rica, Alemania y Holanda

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