Esta sociedad nuestra se encarga a menudo de recordarnos la importancia de ser atractivas. No es raro que la mayoría de nosotras tengamos alguna  inseguridad respecto al aspecto físico, porque continuamente se nos recuerdan nuestros defectos. Defectos que hemos de pulir en pro de ser aceptadas, amadas, admiradas… por unos semejantes que sienten esa misma necesidad de gustar a los demás.

Pero ¿cómo saber si esa inseguridad no está yendo demasiado lejos? Quizás esa preocupación se deba a que nuestra imagen corporal está distorsionada.

A continuación un pequeño test en el que aparecen algunos indicadores de «autoimagen dañada»

  1. Te fijas sólo en “lo feo” en lo que no te gusta de tu cuerpo, cuando te miras en el espejo, en los escaparates de la calle, en los cristales de los coches, etc.
  2. Te cuesta aceptar  cumplidos. Crees que no te los mereces.
  3. Pocas veces te encuentras guapa.
  4. Te comparas con todas las mujeres que encuentras y siempre sales perdiendo (según tú).
  5. Te cuesta horrores decidir qué ponerte. Encontrar algo que te siente bien es difícil.
  6. Evitas algunas situaciones sociales porque no te sientes segura de tu aspecto.
  7. Criticas tu cuerpo sin tregua.

¿Has dicho que sí a la mayoría?

Pues, para empezar, te vamos a dar algunos consejos:

  • Réstale tiempo a la preocupación por tu apariencia, si es demasiada, y súmaselo a otros menesteres.
  • No te compares con nadie, cada persona  es un mundo, tú única referencia debes ser tú y por supuesto , tu bienestar.
  • Dale importancia a las cosas que puedes hacer con tu cuerpo: caminar, bailar, abrazar, jugar…
  • Piensa en lo que te gusta de ti físicamente, pero mira también tu interior.
  • Rodéate de gente que te aprecie de verdad, sin importarles tu apariencia.
  • Haz ejercicio para estar saludable o para divertirte; no lo tomes como un castigo
  • No creas todo lo que te sugiere la publicidad. Intenta ser menos influenciable. Olvídate de los anuncios de las revistas en su lugar, ponte a ver las fotos de tu álbum familiar. Los anuncios venden fantasía, en lugar de realidad.
  •  Se amiga de tu cuerpo. Tu cuerpo eres tú misma, ese gran conocido te ha dado muchas satisfacciones , ¿ a qué sí?, entonces ¿ por qué lo escondes y te avergüenzas de él ¿ Intenta pensar en él en los términos en que lo harías con una amiga.

 

           Nuestros cuerpos son también como las personas, y se comportan de la mejor forma  cuando son queridos.